sábado, 24 de abril de 2010

La Superestructura

es la forma global como se organizan los componentes de un texto. En el caso de los textos instructivos la superestructura responde de acuerdo al tipo de escrito que se vaya a producir y más si se tiene en cuenta la gama existente: recetas de cocina, juegos callejeros, juegos de mesa o juegos de piso, manuales de manejo de aparatos, entre otros).

Tres campos de trabajo pedagógico: texto, discurso, escrito, según Mauricio Pérez Abril, en su texto.

“Si tenemos en cuenta que un discurso es un texto situado en contexto y que responde a intenciones comunicativas y pragmáticas, es comprensible el hecho de que el discurso pueda tomar diferentes formas a nivel del escrito, según el interlocutor o el auditorio a quien se dirija, o según la situación concreta de comunicación o el escenario en que opera el discurso.

“De otro lado, al optar por un tipo de escrito, éste, a su vez, contará con la estructura semántica que lo caracteriza, esa estructura determina frente a qué tipo de texto se está. Dicho en otras palabras, los discursos se actualizan en diferentes textos, dependiendo de la forma como se organizan, secuencian y entrelazan los enunciados y según el principio lógico que organiza las unidades textuales a nivel global (superestructura); así, se habla de diferentes tipos de texto como: narrativo, explicativo, argumentativo, informativo, para diferenciarlos de los tipos de escritos.

- Un ejemplo puede ilustrar esta distinción entre tipo de texto y tipo de escrito -.

“Cuando se habla de cuento, novel, fábula o relato, se está frente a diferentes tipos de escritos que pueden describirse por sus características formales, pero todos corresponden al de texto narrativo pues se trata fundamentalmente de secuencias de acontecimientos organizados, básicamente en el eje temporal, cuya superestructura estará definida por situaciones iniciales, desequilibrios y búsqueda de nuevos equilibrios.

“Por otra parte, según las intenciones de comunicación y los contextos de aparición de los textos, se habla de tipos de discursos….. no hay una correspondencia uno a uno entre los tipos de textos, los tipos de escritos y las intenciones comunicativas (tipos de discursos). La distinción entre tipo de escrito, tipo de texto y tipo de discurso es fundamental en el desarrollo de los procesos de escritura, pues corresponden a niveles de trabajo distintos y suponen la apropiación de herramientas de diferente índole.

“…la configuración del sentido en un texto está definida por su intencionalidad y no sólo por su contenido semántico. O en otras palabras, puede afirmarse que el contexto y la situación de comunicación definen el sentido, e incluso en algunos casos el significado de los textos.

“Con base a la distinción planteada entre tipo de discurso, tipo de texto y tipo de escrito, consideramos que una buena herramienta de trabajo pedagógico es establecer una tipología de textos, escritos y discursos como referente para el trabajo escolar, teniendo claridad sobre el hecho de que sea cual sea la tipología por la que se opte, siempre será una reducción y será problemática, pues lo que se gane en claridad y profundidad, se perderá en extensión… La tipología que se presenta toma como referencia algunos trabajos ya elaborados”

Introducción y conclusiones

En las introducciones de cualquier tipo de trabajo, lo que se necesita es lograr dos objetivos:

a) Informar al lector sobre el tema que se leerá, dando información más general, aportando definiciones necesarias para entender el grueso del trabajo, contextualizando la información (decir, por ejemplo, por qué se trata de un tema de interés o de actualidad) y dando a conocer los objetivos del trabajo.

b) Motivar la lectura del trabajo: hay que lograr que después de leer la introducción, el lector esté convencido de que el resto del trabajo le aportará información importante o atractiva. En algunos trabajos que requieran de reflexión, por ejemplo, comenzar una introducción con una anécdota relacionada con el tema o con una observación personal puede ser muy efectiva en esta tarea.

En el desarrollo del trabajo, te explayas, das a conocer todo aquello para lo cual fue realizado el trabajo, presentas las teorías, clasificas la información, la ordenas y presentas un cuerpo estructurado de ideas.

La conclusión, finalmente, debe dar cuenta de los efectos o consecuencias a los que ha conducido el desarrollo anterior. Aquí no sólo se trata de reflexionar, sino más bien ver qué se puede desprender de todo lo dicho, de forma lógica. Las conclusiones deben estar directamente relacionadas con el objetivo del trabajo; si el objetivo es dar cuenta de las características del clima de una región determinada, las conclusiones deben orientarse a los efectos que producen tales condiciones climáticas en las poblaciones (de personas o animales) que las habitan, o bien pueden centrarse en las diferencias climáticas de todas ellas, haciendo hincapié en el papel que cumple el clima en el desarrollo geográfico y de las especies de cada región. Por último, también puedes incluir en tu conclusión los posibles alcances del tema, como su relación con el creciente calentamiento global u otras problemáticas actuales, involucrando al lector en relación a las responsabilidades que tenemos frente a la naturaleza y su cuidado.